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La ventilación de cualquier local, igual que sucede en el hogar es fundamental. La circulación del aire permite que se oxigene, y también se favorece la expulsión de las partículas de polvo y los ácaros. Además, se regula la humedad del ambiente y eliminamos los malos olores.

Cuando un local no está bien ventilado se favorece la propagación de gérmenes, sobre todo en ambientes cerrados y húmedos, y se puede elevar considerablemente la concentración de elementos contaminantes como el dióxido de carbono o el monóxido de carbono.

En la actualidad, y tras la crisis de la COVID-19, las medidas de ventilación son grandes aliados contra la propagación del virus. Mantener el aire limpio y renovado constantemente reduce las probabilidades de contagio en interiores. Al hablar, toser, estornudar o gritar las personas exhalamos pequeñas gotas, conocidas como aerosoles, que pueden permanecer suspendidos en los ambientes interiores durante horas.

Introducir aire limpio y eliminar el aire potencialmente contaminado es el mejor modo de reducir el riesgo de contagio por COVID-19. Así que la pregunta es: ¿cómo puedo saber si un local está bien ventilado?

Es muy sencillo, y para ello basta con utilizar medidores de la concentración de CO2. Si su concentración supera las 800 partes por millón (ppm), es el momento de incrementar la renovación del aire.

Tipos de ventilación: natural, forzada o mediante purificadores de aire

El primer tipo de ventilación es la natural. Consiste en aumentar la renovación del aire interior con aire del exterior, ya sea abriendo las ventanas o las puertas. Esto provoca un flujo de aire limpio que, poco a poco, va ventilando todo el establecimiento.

Al menos existe una fuente de ventilación al exterior en cada local: la entrada. Lo mejor es poder generar una corriente de aire con dos o más aperturas para que la ventilación sea más rápida, pero sobre todo más efectiva. Cuanto mayores sean las aperturas, mejor, y si hay diferencias apreciables de temperatura entre el interior y el exterior, más fácil será conseguir corrientes de aire.

El mejor escenario para la ventilación natural es abrir puertas y ventanas en lugares opuestos (por las corrientes). Así, una de las aperturas funcionaría como entrada de aire, mientras que las opuestas serían el «sumidero».

La ventilación ha de realizarse el mayor tiempo posible, y con frecuencia. Cuanta más gente permanezca en el interior, tanto más frecuentemente se ha de ventilar. Como es obvio, en invierno es delicado ventilar de manera natural, pero siempre es posible encontrar pautas o estrategias para que esa ventilación no impacte negativamente en la temperatura del interior.

El tiempo de apertura y la frecuencia de ventilación natural dependerán en gran medida del local y de su uso. Es conveniente apoyarse en la medición de la concentración de CO2 para encontrar la combinación perfecta.

El siguiente tipo es la ventilación mecánica o forzada. En este caso, la renovación del aire se realiza mediante sistemas forzados de ventilación (y también de climatización). Estos dispositivos toman aire del exterior y expulsan aire del interior. En algunos casos, estos sistemas incorporan algún tipo de filtro.

Es una de las maneras más típicas de ventilación en locales comerciales y de restauración. Hoy se les exige más esfuerzo a estos sistemas para conseguir reducir al mínimo posible las probabilidades de contagio por coronavirus.

El último tipo de ventilación es el que se lleva a cabo con purificadores de aire. Estos dispositivos portátiles están equipados con filtros HEPA (filtro de partículas de alta eficiencia). Se colocan en los espacios en los que se necesita disponer de aire limpio. Es necesario anotar que estos dispositivos no son sustitutos de los métodos de ventilación mencionados, sino que son tan sólo un complemento a estos.

Como comentario final, hay que decir que la ventilación mediante purificadores de aire no sustituye a otras medidas higiénicas, sino que es una medida más que aplicar en los interiores. Además, es muy recomendable el uso de mascarillas desechables en el interior de los locales, como la mascarillas higiénicas tricapa o las mascarillas FFP2 sin válvula que ofrecemos en nuestro site. no sólo para preservar la calidad del aire, sino para minimizar las posibilidades de contagio, ya sea por COVID-19 o por cualquier otra enfermedad que afecte a las vías respiratorias.

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